Vigilancia ambiental de las aguas residuales
Ante la situación generada por la pandemia de COVID-19 y su impacto en la salud pública en 2020, se relacionó la presencia de material genético del virus SARS-CoV-2 (causante de la COVID-19) en las aguas residuales con los casos contrastados de infección por el coronavirus.
En el segundo trimestre de 2020, en España se inició la detección del material genético del virus SARS-CoV-2 en aguas residuales con el objetivo de implantar un sistema de alerta temprana epidemiológica y una red de vigilancia ambiental, para evaluar el riesgo de propagación del coronavirus a través de dichas aguas. Esto estuvo enmarcado en el proyecto VATar COVID-19 , basado en la vigilancia microbiológica en aguas residuales como indicador epidemiológico para un sistema de alerta temprana y detección precoz de SARS-CoV-2, impulsado por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) junto al Ministerio de Sanidad (MSAN).
En este sentido y de forma complementaria, durante 2020 y 2021, en la mayoría de Comunidades Autónomas (CC. AA.), se desarrollaron proyectos propios locales. De cara a recoger y centralizar todos los datos obtenidos a nivel nacional, el MSAN preparó las bases para crear y desarrollar un sistema de información donde se recogieran los resultados de SARS-CoV-2 de la vigilancia de las aguas residuales en primera instancia, pero diseñado para ser capaz de compilar información de otros patógenos que dicha vigilancia pueda resultar significativo en materia de salud pública y clínica.
La experiencia adquirida ha servido para conocer la contribución real de la Sanidad Ambiental a la gestión de la pandemia, destacando su utilidad como herramienta de alerta temprana y de observación de tendencias epidemiológicas, aunque no como criterio absoluto para extraer conclusiones sobre la prevalencia de la COVID-19 en la población y la toma de decisiones. El intercambio de información y cooperación entre países que han desarrollado eficazmente métodos de detección y seguimiento del virus en aguas residuales servirá para crear estrategias de control comunes frente a futuras amenazas que susciten preocupación.
Según recomendaciones de la Unión Europea, el control de las aguas residuales supone un enfoque complementario e independiente de las estrategias de vigilancia clínica de la COVID-19, pero nunca un sustituto. Los resultados han de ser analizados con las precauciones adecuadas y con conocimientos en la materia, pues la cuantificación de la presencia de SARS-CoV-2 en el agua residual se ve afectada por múltiples factores, como son las precipitaciones, el momento de la recogida de las muestras, o los vertidos extraordinarios, entre otros muchos.
Tras la pandemia de COVID-19 y según las directrices de instituciones como la Agencia Europea para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) y la Comisión Europea, la cual ha creado un Observatorio dedicado a la vigilancia ambiental de las aguas residuales, parece haberse instaurado globalmente la creación de sistemas integrados basados en esta vigilancia sistemática de las aguas residuales. Los siguientes pasos sugieren la vigilancia no solo de agentes microbiológicos potencialmente peligrosos para la salud pública, como son poliovirus y virus influenza, sino la búsqueda también de microorganismos resistentes a antibióticos o la presencia de drogas lícitas e ilícitas.