Vacunas y Programa de Vacunación
Mitos y falsas creencias sobre las vacunas
Falso. Las vacunas son medicamentos muy seguros y eficaces. Antes de ser aprobadas para su comercialización, son sometidas a muchos estudios estrictos para comprobar su seguridad. Además, una vez que se autoriza su uso, se mantiene una vigilancia constante de los posibles efectos secundarios. Más información
Falso. Muchas infecciones pueden propagarse independientemente de las condiciones de limpieza en las que vivamos. Aunque la mejora de las condiciones higiénicas y sanitarias de un país disminuya la aparición de ciertas enfermedades infecciosas sigue haciendo falta la vacunación.
Falso. Múltiples estudios científicos han demostrado que recibir las vacunas que se administran actualmente al mismo tiempo no producen efectos secundarios. Además, son igual de efectivas cuando se administran en combinación como cuando se administran de forma individual.
La vacunación simultánea permite completar el calendario de vacunación de forma más rápida y conseguir una protección adecuada frente a las enfermedades y además reduce el número de visitas al centro sanitario.
Falso. La inmunidad producida por la vacuna es similar a la producida por las infecciones. Sin embargo, con la vacunación evitamos las posibles complicaciones que pueden dar las infecciones naturales como, por ejemplo, daño cerebral por meningococo, cáncer hepático por el virus de la hepatitis B o incluso la muerte por sarampión.
Falso. Es cierto que la mayoría de las vacunas se administran durante la infancia para proteger de forma precoz frente a enfermedades que pueden ser graves. Sin embargo, existen recomendaciones específicas para los adultos y para determinados grupos de riesgo incluidos dentro del calendario de vacunación a lo largo de toda la vida.
Falso. Existen recomendaciones específicas de vacunación durante la gestación con el objetivo de proteger al bebé: vacuna frente a la gripe y vacuna frente a tos ferina.
Algunas vacunas específicas no están recomendadas durante el embarazo como la vacuna triple vírica o la vacuna de la varicela. Esto se debe a que son vacunas atenuadas y existe un riesgo potencias de que puedan producir infección en el bebé nonato. Sin embargo, no existen evidencias de que puedan producir malformaciones congénitas.
Las mujeres que quieran quedarse embarazadas o aquellas que ya lo estén, deberán consultar con su profesional sanitario para establecer qué vacunas serán necesarias administrar.
Falso. Confiar en las acciones del resto de la población para proteger a su hijo no vacunado solo funciona si todos los demás están vacunados. Si muchos padres adoptan esta actitud, menos niños serán inmunizados y las enfermedades comenzarán a propagarse rápidamente.
Además, algunas vacunas como la vacuna del tétanos sólo protege a la persona que se vacuna, por lo que es imprescindible su administración para prevenir la infección.
Falso. No existe ninguna evidencia que demuestra beneficios en retrasar la vacunación. Por el contrario, el retraso en su administración aumenta el riesgo de padecer infecciones graves que son prevenibles con la vacunación.
Los efectos secundarios de la vacuna no son más comunes en bebés pequeños que en niños mayores.
El momento en que un niño debe recibir una vacuna se determina equilibrando cuándo el niño tiene el mayor riesgo de contraer la enfermedad y cuándo la vacuna generará la mejor respuesta inmune por lo que es importante cumplir con las recomendaciones establecidas en el calendario vacunal.
Falso. No existe relación entre las vacunas y el autismo. Esto ha sido demostrado en muchos estudios que han comparado la enfermedad en niños vacunados y no vacunados alrededor del mundo. Más información
Falso. Ninguna vacuna contiene productos tóxicos. Algunas vacunas en formato multidosis contienen el conservante tiomersal. El tiomersal es un compuesto que contiene etilmercurio. Este tipo de mercurio no se acumula en el cuerpo y por tanto no produce daño en el organismo. Más información
Falso. Ninguna vacuna produce SMSL. Hay múltiples estudios que descartan la asociación entre la vacuna DTP y el SMSL. En los que se concluye que el número de muertes por SMSL asociadas temporalmente con la vacuna DTP estaba dentro del rango que se esperaba que ocurriera por casualidad. Esto significa que las muertes por SMSL habrían ocurrido incluso si no se hubieran vacunado. Más información
Falso. No hay asociación entre la administración de la vacuna contra la hepatitis B y la esclerosis múltiple.
A finales de los años 90 aparecieron varios estudios de casos que plantearon la posibilidad de relación entre la vacuna y la aparición de casos de esclerosis múltiple. Por ello, el Ministerio de Sanidad francés suspendió temporalmente el programa de vacunación de adolescentes frente a hepatitis B, manteniendo la recomendación universal de lactantes y adultos de riesgo. Sin embargo, esta decisión se interpretó como una prohibición de la vacunación contra la hepatitis B, generando una preocupación generalizada en otros países.
Se realizaron nuevos estudios para establecer si existía asociación, determinando que la mayoría de los casos de enfermedades desmielinizantes se habían producido en mujeres adultas y con una distribución epidemiológica natural de la esclerosis múltiple. No hubo ningún caso en niños menores de 25 meses, a pesar de que fueron vacunados más de 1,8 millones de niños en Francia).
El análisis de los datos de informes espontáneos y de los resultados de estudios epidemiológicos no respalda la existencia de una relación causal entre la esclerosis múltiple y la vacunación contra la hepatitis B. La explicación más aceptable es que se trata de una asociación fortuita.
Falso. La gripe produce entre 300.000 y 500.000 muertos al año en el mundo (en España alrededor de 6.300 muertes al año). Las personas mayores, las embarazadas o todas aquellas personas que pertenecen a los grupos de riesgo recomendados por el CISNS tienen mayor riesgo de tener infección grave y muerte.
Las vacunas frente a la gripe estacional se utilizan desde hace décadas y son la forma más eficaz de reducir la probabilidad de presentar síntomas graves y de contagiarla a los demás. Se estima que su efectividad es de aproximadamente 50-70% en personas adultas de 50-64 años, siendo menor en mayores de 65 años (38-46%).
Es importante tener en cuenta que, aunque se pueda adquirir la infección, la enfermedad será con mucha probabilidad menos grave si ha recibido la vacuna, por lo que es muy importante que las personas de mayor riesgo se vacunen anualmente.
Falso. No hay evidencia científica de que exista asociación entre la vacunación y el desarrollo de enfermedades alérgicas, asma, enfermedades autoinmunes, dermatitis u otras enfermedades respiratorias.
Falso. Actualmente existen únicamente 2 vacunas incluidas en nuestro calendario de vacunación que pueden contener proteínas de huevo: vacuna triple vírica, la vacuna frente a la gripe.
Ambas vacunas pueden administrarse en las personas con historia de alergia por exposición al huevo sin precauciones especiales. Esta recomendación es válida también para quienes hayan presentado reacciones alérgicas graves o anafilaxia al huevo.
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