Prestación de servicios
8. PRESTACIÓN DE SERVICIOS
La organización, normas de funcionamiento interno, prestación de servicios y tipo de éstos ofrecidos por los PIJs, deben orientarse a la consecución de un modelo de servicio individual, adaptado a las necesidades de los usuarios a los que se dirige el programa y orientado a promover cambios de hábitos y actitudes entre los UDVPs, que le permitan reducir el riesgo de infección y mejorar sus condiciones de vida, a través de la educación sanitaria, del consejo y del intercambio de jeringuillas.
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Información, educación, consejo.
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Informar y educar a los/as UDVP tanto sobre los riesgos asociados al uso compartido de jeringuillas y las prácticas inseguras de inyección, como sobre las prácticas sexuales desprotegidas y sobre el beneficio que pueden obtener modificando estos comportamientos, ha de ser una de las actividades clave en estos programas.
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Motivar: esta información debe ser correctamente impartida y comprendida, pero para que realmente se modifiquen los hábitos, además es preciso motivar a los UDVP para que adopten actitudes positivas frente a la incorporación a sus vidas de las medidas preventivas.
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Comunicación: para conseguir este cambio de actitudes y conductas, es imprescindible que se establezca una comunicación bidireccional entre los trabajadores del PIJ y las personas que acuden al mismo.
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Conocer a los usuarios: una adecuada comunicación entre trabajador y usuario sólo es posible si el trabajador del PIJ conoce y tiene en cuenta cuáles son las características personales y sociodemográficas de los/as UDVPs atendidos por el programa, así como el contexto fisiológico, emocional, interpersonal y cultural en el que tienen lugar, tanto el consumo de las drogas como las relaciones sexuales: (...¿qué drogas consume?.. ¿es la inyección su principal forma de consumo?.. ¿qué tipo de jeringuillas utiliza?.. ¿la técnica que utiliza para inyectarse es correcta?.. ¿conoce las zonas más seguras para la inyección y cuáles debe evitar?.. ¿utiliza las jeringuillas de otras personas o presta la suya a otros?.. ¿por qué?.. ¿en qué circunstancias?.. ¿las limpia antes de reutilizarlas?.. ¿el método que utiliza para ello es correcto?.. ¿ha pensado en cambiar de vía de administración de la droga?.. ¿tiene relaciones sexuales con personas de su mismo sexo o del sexo contrario?.. ¿conoce qué tipo de relaciones sexuales suponen mayor riesgo?.. ¿utiliza preservativo en sus relaciones?..¿se siente capaz de solicitar a su pareja el uso del preservativo?.. ¿sabe utilizarlo correctamente?.....).
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Consejo individualizado: hablar con el usuario, saber escuchar, todo ellos adaptado a las características de la persona atendida. El trabajador debe estar preparado para ofrecer alternativas y respuestas válidas e individualizadas adaptadas a las necesidades y demandas de la persona que acude al PIJ, que le permitan disminuir realmente los riesgos para su salud, tanto los derivados de la inyección como de las prácticas de riesgo.
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La información y comunicación oral puede acompañarse, pero nunca sustituirse, de otros medios (folletos, material audiovisual...)
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Normas de funcionamiento.
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No existen unas normas universales que rijan los PIJs, ya que cada programa puede tener sus propias peculiaridades relacionadas con el tipo de programa, perfil del personal que colabora en el mismo (voluntarios, profesionales, UDVP o ex-UDVP), características de los usuarios, cultura local de uso de drogas, etc. Sin embargo, es importante definir claramente los siguientes aspectos:
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Decidir los criterios de inclusión y exclusión (temporal o definitiva) de los UDVP en el PIJ. Si es necesario que éstos existan (por razones económicas, de falta de personal u otras), es importante que sean flexibles si se pretende llegar al máximo número de usuarios posible.
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Establecer unas normas básicas de coexistencia, tanto para los trabajadores como para los usuarios, para garantizar la correcta prestación de los servicios ofrecidos por el programa:
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Mantener un comportamiento correcto en el trato, tanto por parte del personal del PIJ con los usuarios, como a la inversa.
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Prohibir la venta o el consumo de drogas en o entorno al PIJ.
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Sancionar a los/as UDVPs que incumplan las normas anteriores (por ejemplo, no permitiéndoles acceder al PIJ durante un espacio breve de tiempo u otro tipo de sanciones).
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Requerir la colaboración de UDVPs en el desarrollo del programa y en el mantenimiento y buen uso de las instalaciones físicas.
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Establecer un esquema operativo de funcionamiento que responda al objetivo fundamental del programa:
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Definir la política de entrega de material: El suministro de jeringuillas estériles se hará a cambio de la entrega de otra/s usada/s (intercambio). En los primeros contactos del UDVP con el programa puede ser aceptable la entrega de jeringuillas sin exigir al usuario la entrega de la/s suya/s.
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Es importante educar a los/as usuarios/as sobre la conveniencia de llevar las jeringuillas usadas para obtener otras estériles.
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Algunos programas, limitan el número de jeringuillas estériles suministradas (por ejemplo una, dos o tres jeringuillas estériles por cada usada hasta un máximo de x jeringuillas por día o por semana). Sin embargo, hay que recordar que el objetivo fundamental de los PIJs es introducir el máximo número posible de jeringuillas estériles en la comunidad de UDVPs, así como reducir el tiempo de circulación de las usadas. Por ello es preferible educar al usuario haciéndole comprender que su colaboración es imprescindible.
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Solicitar que sea el propio usuario quien introduzca las jeringuillas usadas en el contenedor provisto al efecto.
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Determinar el suministro del resto de útiles de inyección (por ejemplo, por cada jeringuilla una ampolla de agua destilada o dos toallitas de alcohol y una papelina de ácido cítrico..). Entregar como mínimo dos preservativos a todo/a usuario/a que los demande.
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