Recursos necesarios
6. RECURSOS NECESARIOS
Para la puesta en marcha de PIJs es necesario disponer de los siguientes recursos humanos y materiales:
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Recursos humanos
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En el desarrollo de estos programas pueden participar distintos tipos de profesionales (sanitarios, trabajadores sociales, educadores, psicólogos u otros), usuarios activos de drogas o ex- usuarios y voluntarios, siendo imprescindible que estén adecuadamente entrenados, motivados y que trabajen correctamente coordinados.
La colaboración de UDVP o ex-UDVP como agentes de prevención en este tipo de programas es decisiva. Su conocimiento del mundo de las drogas y por tanto su credibilidad y empatía con otros usuarios, facilita que la información y la prevención se integre y se potencie desde su propia subcultura y redes sociales, permitiendo además el contacto con UDVP alejados del sistema.
Como contrapartida habrá que considerar:
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En el caso de usuarios de drogas activos, pueden plantearse algunos problemas en relación a la continuidad de su colaboración con el programa.
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En el caso de ex-UDVPs, hay que valorar la posibilidad de recaídas, la actitud crítica hacia el consumo activo y el rechazo y la no aceptación como "expertos" por parte de algunos usuarios del programa.
El empleo de personal voluntario puede ser un factor a tener en cuenta a la hora de diminuir el coste de estos programas. Sin embargo, exige la dedicación de mucho tiempo a su entrenamiento, supervisión y soporte psicológico y , en ocasiones, su colaboración es sólo a tiempo parcial o durante periodos breves de tiempo, lo que puede interferir con la estabilidad y continuidad del programa..
Lo deseable es una composición "mixta" del equipo, con profesionales con dedicación permanente al programa (fijos) y voluntarios.
Características y funciones del personal
No existe un perfil tipo o perfil "ideal" para las personas que vayan a trabajar en un PIJ. Sin embargo, es deseable que reúnan, al menos, las siguientes características:
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Tener un conocimiento general sobre las drogodependencias y específico sobre las formas de consumo de drogas (vías de consumo y riesgos asociados a cada una de ellas, técnicas seguras de inyección y de desinfección del material de inyección, etc).
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Tener una formación sanitaria adecuada sobre la infección por el VIH y el sida.
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Disponer de información actualizada y funcional sobre los distintos recursos socio-sanitarios existentes en el área dónde se llevará a cabo el PIJ y las condiciones de acceso a los mismos.
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Estar motivados para generar actitudes positivas entre los/as UDVPs.
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Tener habilidad comunicativa. Ser flexible. No ser moralizante ni coercitivo.
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Mantener una actitud profesional respecto del entorno.
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Estar entrenados en el funcionamiento del intercambio de jeringuillas.
Entre las funciones del personal que trabaja en un PIJ pueden destacarse las siguientes:
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Contactar con los servicios socio-sanitarios de la zona, estableciendo conjuntamente con ellos las indicaciones y los mecanismos de derivación de los UDVP que acuden al PIJ hacia dichos servicios.
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Atraer y retener en el programa al mayor número posible de UDVP, sobre todo a los más resistentes a utilizar los servicios de drogodependencias existentes.
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Ofrecer información, educación sanitaria y consejo a los UDVP.
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Motivar actitudes positivas en ellos en relación a los hábitos de inyección higiénicos y las relaciones sexuales protegidas.
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Derivar a los usuarios que lo requieran a los servicios adecuados, a fin de recibir tratamiento para el abuso de drogas u otros problemas sanitarios o de tipo social.
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Obtener información etnográfica sobre lo que está ocurriendo en los escenarios de drogadicción y sobre las características y necesidades específicas de los UDVP a los que atiende el programa.
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Diseñar los protocolos de actuación y los indicadores de evaluación del programa.
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Recursos materiales
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Independientemente del tipo de PIJ que se vaya a poner en marcha, el material básico para proceder al intercambio son las jeringuillas estériles, otros útiles necesarios para la inyección de drogas (toallitas desinfectantes de la piel, agua destilada o ácido cítrico para disolver la droga, etc.), preservativos y contenedores para la eliminación del material de desecho.
En este apartado resulta especialmente importante prever el procedimiento de eliminación de las jeringuillas usadas. Puede pensarse en las siguientes alternativas:
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Contactar con el ayuntamiento del municipio donde actúa el programa.
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Contratar a una empresa especializada en la eliminación de material de desecho sanitario.
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Recurrir a las incineradoras de los centros hospitalarios.
El coste económico del programa estará en función del tipo de programa (con recursos humanos o con medios técnicos), del número y cualificación de los trabajadores del mismo y del tamaño de la población atendida, entre otros factores. En el estudio realizado por los CDC sobre diversos PIJs en EEUU y Canadá 10, los presupuestos anuales de éstos presentaron grandes diferencias, pero, en general, los costes de personal fueron los más elevados (un 66% del total del presupuesto como media), mientras que el coste de las jeringuillas representó solamente un 7%.
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