Campañas 2007- Alcohol y menores. El alcohol te destroza por partida doble
¿SABES QUÉ EFECTOS PUEDE TENER EL ALCOHOL EN TU SALUD?
El consumo de alcohol perjudica tu desarrollo cerebral y puede ocasionarte problemas de memoria y de aprendizaje provocados por el etanol que contienen todas las bebidas alcohólicas.
El alcohol afecta a tu sistema nervioso y reaccionas más lentamente a cualquier estímulo, sobreestimas tu capacidad de aguantar los efectos de una gran cantidad de alcohol, y no eres consciente de los riesgos. No coordinas, caminas y hablas mal… ves mal, aparece el sueño y el cansancio.
También aparecen comportamientos violentos, con tu familia, los amigos, los profesores…
Aparecen estados de irritabilidad, dificultad para controlar la conducta. El alcohol pasará su factura a la hora de estudiar, trabajar y también lo hará en tu cuerpo: acné, grasa, trastornos en el crecimiento y en la maduración sexual.
Eso, si no cometes la tontería de conducir después de beber o subir al coche o la moto de alguien que ha consumido alcohol. (Es muy elevado el número de los accidentes de tráfico que se producen por consumo de alcohol).
En esa euforia que produce el alcohol, puedes practicar sexo sin la debida protección, con las consecuencias que ya sabes (embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual o SIDA).
Y de todo, te enterarás cuando estés sobrio. Cuando sea demasiado tarde.
- Folleto informativo EL DOBLE DE VULNERABLE (pdf)
Comisión clínica de la Delegación del gobierno para el Plan nacional Sobre Drogas
Otro de los efectos del consumo de alcohol por los jóvenes durante el fin de semana se refiere a la posibilidad de accidentes de tráfico. El 18,1% de los estudiantes de 14 a 18 años que habían consumido alcohol en los doce meses previos a la encuesta había sido durante ese período conductor o pasajero de un vehículo conducido por alguien que estaba bajo los efectos del alcohol.
La escasa percepción del riesgo
Otro factor asociado al consumo, pero esta vez en sentido inverso, es la percepción del riesgo, a través de la que se expresa el grado en que se atribuye a una conducta un supuesto peligro para la salud. Así, en 2004, sólo un 41,2% de los jóvenes de 14 a 18 años consideran que el consumo de 5-6 cañas/copas durante el fin de semana puede ocasionarles problemas.
De lo que podemos deducir que el consumo de alcohol para este grupo de población es una conducta considerada como "normal".
Los jóvenes beben grandes cantidades de alcohol, siendo cada vez más frecuentes consumos muy elevados de alcohol en cortos periodos de tiempo, dando lugar a un patrón de consumo muy concreto denominado en inglés "binge drinking" (consumo de 5 o más bebidas en una sola ocasión), podría traducirse, "en atracón", que se encuentra generalizado en muchos de los países de nuestro entorno.
El actual fenómeno del "botellón" y la versión masiva de éste, el "macrobotellón", son entornos apropiados para el desarrollo de este tipo de consumo abusivo. El consumo en cantidades cada vez más elevadas, en cortos períodos de tiempo, pone de manifiesto el hecho de que el 34,8% de los escolares de 14-18 años refieren episodios de embriaguez durante los 30 días anteriores a la entrevista, con una media de casi un episodio de embriaguez cada 10 días.
La frecuencia de salidas nocturnas, y el horario de regreso a casa son aspectos íntimamente relacionados con el consumo abusivo y específicamente con las borracheras, como se puede apreciar en la tabla 4.
Actualmente, los indicadores verifican la penetración social de este tipo de prácticas y alertan sobre la problemática derivada del consumo de alcohol por parte de los adolescente españoles. Sólo en dos años (del 2002 al 2004) el porcentaje de escolares (14-18 años) consumidores de alcohol se ha incrementado en casi 10 puntos. Por tanto, cada vez son muchos más los chicos y chicas que se inician al consumo de alcohol.
A pesar de ello, sólo un 9% tiene la percepción de consumir mucho o bastante alcohol, es decir, la percepción de este tema como problema de salud es muy baja en la población estudiada, La percepción del riesgo está disminuyendo, así como el porcentaje de adolescentes abstemios si se compara esta encuesta con las de años anteriores.
No obstante, CUALQUIER CONSUMO DE ALCOHOL EN MENORES SE CONSIDERA UN CONSUMO DE RIESGO
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