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El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y el Centro Europeo del Consumidor lanzan una campaña contra la compra de productos falsificados
- Alerta sobre el hecho de que la compra de estos productos puede poner en riesgo la salud de los consumidores, conlleva la pérdida de derechos y contribuye al fraude
- España sufre unas pérdidas anuales debidas a las falsificaciones y piratería por valor de 6.700 millones de euros
31 de enero de 2019.- El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y el Centro Europeo del Consumidor en España (CEC-España) lanzan una campaña institucional con el objetivo de sensibilizar a los consumidores sobre los múltiples perjuicios que produce la compra de productos falsos y para que pongan especial atención cuando realicen sus compras, aprendiendo a distinguir las imitaciones o copias.
Ambas instituciones quieren poner de manifiesto que la adquisición de productos falsificados no solo contribuye al desarrollo de una economía fraudulenta que vulnera los derechos de Propiedad Industrial y los derechos de la Competencia sino que además provoca la pérdida de las garantías legales y los derechos que asisten a los consumidores como, por ejemplo, a la restitución del bien en caso de falta de conformidad.
Al mismo tiempo y debido a que, por lo general, los productos falsificados no cumplen con la normativa de seguridad, suelen presentar una calidad inferior y representar un serio peligro para la salud.
En términos económicos, y según datos publicados en el Informe de situación 2019 de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO), España sufre unas pérdidas anuales debidas a las falsificaciones y piratería de 6.700 millones de euros, lo que supone el 10,6% de las ventas en los once sectores clave de la economía y 146 euros anuales a cada ciudadano español.
El foco de la campaña se ha puesto en las compras online, ofreciendo un total de diez recomendaciones que ayudarán a identificar los productos falsificados en internet.
10 Recomendaciones antes de comprar vía online
- Comprobar la identidad del vendedor: el nombre de la tienda, su domicilio social así como sus datos de contacto (dirección, correo electrónico o teléfono y fax) normalmente publicados dentro del “Aviso Legal” y en las “Condiciones Generales” de la web. Las empresas cuyas páginas web terminen en “.be”, “es”, “.fr” o cualquier otra extensión de un país europeo no necesariamente tienen porqué estar ubicadas en la Unión Europea.
- Buscar opiniones de otros usuarios. Las que son excesivamente positivas o demasiado vagas pueden ser de la propia tienda online lo que constituiría una práctica ilegal.
- Investigar si la tienda tiene sellos de confianza en cuyo caso, comprobar en la página web de la empresa que lo otorga que la tienda en la que vamos a comprar dispone realmente de dicho sello.
- Evaluar el diseño de la web. Las páginas web con errores ortográficos o gramaticales, imágenes de mala calidad, o cuyo diseño no parecen muy profesionales pueden contener productos falsificados.
- Localizar los derechos del consumidor. La web debe contener información clara y suficiente sobre los derechos que asisten a los ciudadanos en materia de consumo tales como el derecho a desistir durante los primeros 14 días sin necesidad de justificar el motivo o el plazo de la garantía legal mínima.
- Comprobar que puede visualizarse el producto. La tienda online debe mostrar con calidad suficiente la imagen del producto en su totalidad con el fin de poder observar sus características.
- Comparar el precio total (impuestos incluidos) en distintas páginas web, así como los posibles gastos adicionales como los de envío, de embalaje especial o derechos de aduana. Un precio excesivamente bajo es motivo de sospecha.
- Verificar que la web es un canal de venta autorizado. Cotejar en la página web de la marca oficial que la tienda online donde se va a realizar la compra es un canal de venta autorizado.
- Asegurarse de que el medio de pago es seguro. Verificar que la URL de la web empiece con https, pagar preferentemente con una tarjeta de crédito y evitar las transferencias directas de dinero.
- Valorar el coste/beneficio de los productos reacondicionados. La garantía y la calidad de estos productos suelen ser distintas a las de los productos nuevos.