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El 90% de los casos de ictus son evitables

  • El Ministerio de Sanidad actualiza la Estrategia en Ictus del SNS, que supone un abordaje integral para la prevención, el manejo clínico y la intervención posterior.
  • Cualquiera persona puede sufrir un ictus. Aunque es más frecuente que ocurra a partir de los 65 años, su incidencia se ha incrementado en un 25% en edades entre 20 y 64 años.

El Ministerio de Sanidad ha actualizado la Estrategia en Ictus del Sistema Nacional de Salud (SNS) para mejorar la atención integral de esta enfermedad, desde la prevención hasta la rehabilitación. Esta nueva versión, que actualiza la estrategia de 2009, incorpora las últimas evidencias científicas y el Plan de Acción Europeo de Ictus 2018-2030.

El ictus es una enfermedad con una alta incidencia, que afecta a unas 120.000 personas cada año en España, de las cuales alrededor de 25.000 fallecen. A pesar de su gravedad, es importante destacar que la prevención juega un papel fundamental en su control, ya que el 90% de los casos podrían evitarse.

Se estima que una de cada seis personas en el mundo sufrirá un ictus a lo largo de su vida. En Europa, el ictus se posiciona como la primera causa de discapacidad y una de las principales causas de muerte. Aunque tradicionalmente se asocia a edades avanzadas, el ictus puede ocurrir a cualquier edad. De hecho, se ha observado un incremento del 25% en su incidencia en personas de entre 20 y 64 años, si bien sigue siendo más frecuente a partir de los 65 años.

Más información en:

https://www.sanidad.gob.es/areas/calidadAsistencial/estrategias/ictus/home.htm

En el marco del Día Mundial del Ictus, el Ministerio de Sanidad recalca que la actualización de esta Estrategia, impulsada por la evaluación y avances de los últimos años, es una respuesta al aumento de casos de ictus, especialmente entre personas jóvenes, y a la creciente necesidad de una atención coordinada y basada en la evidencia científica para reducir su impacto en la salud pública.

Desde la publicación inicial de la Estrategia en 2009, el esfuerzo conjunto de profesionales de la salud, asociaciones de pacientes y comunidades autónomas ha logrado resultados significativos, incluyendo una notable reducción de la mortalidad por ictus y una mejora en la autonomía de los pacientes.

Sin embargo, el Plan Europeo de Acción para el Ictus 2018-2030 advierte de que el número de casos sigue creciendo en Europa, haciendo urgente intensificar las medidas de prevención y tratamiento.

La actualización de 2024 introduce seis líneas estratégicas prioritarias:

  1. Promoción de la salud y prevención primaria: centrada en fomentar estilos de vida saludables para prevenir hasta un 80-90% de los casos.
  2. Prevención secundaria: dirigida a evitar la recurrencia en personas que ya han sufrido un ictus.
  3. Fase hiperaguda: para una organización asistencial, diagnóstico y tratamiento rápido y eficaz.
  4. Unidades de ictus: tratamiento prioritario en unidades especializadas para mejorar la recuperación y reducir la mortalidad.
  5. Neurorrehabilitación y vida después del ictus: apoyo integral en la recuperación funcional y calidad de vida de los pacientes.
  6. Investigación y formación: promoción de estudios y capacitaciones que impulsen la mejora continua en el tratamiento del ictus.

La Estrategia es una herramienta participativa y de consenso entre todas las partes que están comprometidas con los objetivos plasmados en cada línea estratégica. Formando parte del Comité Técnico, han participado los profesionales sanitarios representados por diversas sociedades científicas y asociaciones de pacientes relacionadas con el ictus. El Comité Institucional, integrado por los referentes de las comunidades autónomas e INGESA, ha asumido la responsabilidad de trabajar en la implementación en cada territorio. Además, en el Comité Institucional se encuentran representados el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), el Centro de Referencia Estatal de Atención al Daño Cerebral (CEADAC) del IMSERSO y distintas áreas del Ministerio de Sanidad. Asimismo, la Estrategia se sustenta en una coordinación científica, liderada por expertos en el tema.

La estrategia está basada en la evidencia científica disponible adaptada a la viabilidad de un SNS universal, con una orientación eminente de salud pública y un foco claro hacia las necesidades de los pacientes y de quienes les cuidan., planteando modelos de atención hacia la mejora de la calidad asistencial.

Entre los objetivos clave para 2030, en consonancia con el Plan Europeo de Acción, se incluye reducir los casos de ictus en un 10% en Europa, tratar al 90% de los pacientes en Unidades de Ictus y garantizar una continuidad en la atención que permita desde la prevención hasta el soporte en la vida posterior al ictus.

“El ictus es prevenible y tratable,” afirman los coordinadores de la Estrategia, “y la nueva actualización es un paso fundamental para ofrecer una atención integral y basada en la evidencia en todo el territorio.”

En este Día Mundial del Ictus, el Ministerio de Sanidad reafirma su compromiso de colaborar con todos los agentes involucrados para disminuir el impacto de esta enfermedad y garantizar un acceso equitativo a servicios de alta calidad para toda la ciudadanía.

Síntomas

Es fundamental reconocer los síntomas de ictus es importante para activar el Código Ictus de respuesta rápida.

Los síntomas más habituales son la aparición brusca de dolor de cabeza, la afectación brusca de la visión, la aparición brusca de problemas para hablar y entender, la pérdida repentina del equilibrio y la pérdida brusca de la sensibilidad, de fuerza o debilidad en el brazo, pierna o en la cara.

Es muy importante identificar los síntomas y reaccionar con rapidez acudiendo a urgencias, ya que permite activar el Código Ictus y los pacientes que son tratados desde el comienzo de los síntomas logran tener menos secuelas o recuperarse.