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María Luisa Carcedo: "Prevenir las enfermedades renales exige prevenir la vulnerabilidad económica y la pobreza"
- Acto con motivo del Día Mundial del Riñón
- “Para que nuestros esfuerzos en prevención y promoción de la salud sean efectivos debemos acompañarlos de políticas sociales”, ha destacado la ministra en el acto organizado en Madrid con motivo del Día Mundial del Riñón
14 de marzo de 2019.- La Ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, María Luisa Carcedo, ha defendido este jueves que “prevenir la hipertensión arterial, la obesidad, las enfermedades cardiovasculares y la enfermedad renal crónica exige prevenir la vulnerabilidad económica y la pobreza”. La ministra ha pronunciado estas palabras en el acto organizado en Madrid por la Sociedad Española de Nefrología y la Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha Contra las Enfermedades del Riñón con motivo del Día Mundial del Riñón.
“Para que sean efectivos nuestros esfuerzos de prevención y promoción de la salud, como la celebración de este Día Mundial del Riñón”, ha insistido María Luisa Carcedo, “debemos acompañarlos de políticas sociales dirigidas a remediar las causas inmediatas y directas de la enfermedad pero también las indirectas”.
La enfermedad renal crónica afecta a una de cada 10 personas en el mundo. En España, afecta a un 15% de la población española y su prevalencia en las fases más críticas de la enfermedad, las que requieren Tratamiento Renal Sustitutivo, se ha incrementado casi un 30% en la última década.
Hoy día se estima que unas 60.000 personas precisan en España de tratamientos de hemodiálisis, diálisis peritoneal o trasplante renal y casi la mitad de ellas son mayores de 65 años.
“Estamos ante una enfermedad prevalente, incapacitante y con un elevadísimo coste no solo económico –entre un 2,5 y un 35 del gasto sanitario total- sino, sobre todo, humano”, ha asegurado María Luisa Carcedo. “Sin embargo hoy también hay buenas noticias ya que, a diferencia de otros países, España ha hecho unos avances increíbles en los últimos años”.
La ministra ha puesto como ejemplo la ONT, “organismo del que tan orgullosos nos sentimos todas y todos”, por ser referente mundial en materia de trasplantes y por la “encomiable” labor realizada en los últimos 30 años para mejorar la calidad de vida de las personas con enfermedad renal crónica: 72.166 trasplantes renales en España a día de hoy.
“De la misma forma estamos avanzando en la coordinación de equipos multidisciplinares para dar una atención socio-sanitaria integral y poder ofrecer alternativas terapéuticas que mejoren la calidad de vida de las personas con enfermedad renal crónica”, ha apuntado la ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.
Carcedo ha recordado que ya en 2015 el Pleno del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud aprobó el Documento de Trabajo sobre Enfermedad Renal Crónica en el Marco de Abordaje de la Estrategia de Cronicidad.
En este punto la ministra ha apelado a la “prevención” como gran desafío para hacer frente a la Enfermedad Renal Crónica.
“El esfuerzo que ustedes han realizado para organizar y celebrar el día del riñón es un paso fundamental para concienciar a la ciudadanía sobre la importancia de cuidar nuestros riñones y sobre el impacto que ciertos hábitos de vida tienen en nuestra salud”, ha subrayado la ministra. “El tabaquismo, la mala alimentación o el sedentarismo son enemigos mortales de nuestros riñones y de nuestro bienestar en general. Y para poder atacar las causas de la enfermedad tenemos que reconocer que los hábitos de vida no son del todo elecciones individuales”.
La ministra ha insistido en que no es posible separar los hábitos de vida de las condiciones de vida de la ciudadanía y ha citado como ejemplo el estudio europeo Barrios Cardiosaludables, liderado desde España por el Doctor Manuel Franco.
El estudio muestra que la población de barrios más desfavorecidos de España sufre casi un 40% más la diabetes y muestra un menor control de la misma. “Es un ejemplo más de cómo los determinantes sociales afectan especialmente a las poblaciones vulnerables limitando la práctica de actividad física, favoreciendo adicciones como el tabaquismo o el juego o promoviendo un alimentación poco saludable de bajo coste”, ha señalado la ministra.
“Sabemos que las situaciones de vulnerabilidad económica, el nivel educativo o el barrio de residencia determinan profundamente la salud de la población. Por eso prevenir dolencias exige prevenir la vulnerabilidad económica y la pobreza”.