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Ana Mato destaca que, tras los avances en la esperanza de vida, ahora el reto es alcanzar años con buena salud
- Presentación del número especial de la revista “Scientific American”
- La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad presenta, junto con el doctor Valentín Fuster, el monográfico de la revista científica que recoge las 12 recomendaciones para promover la salud cardiovascular
- Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de mortalidad en todo el mundo
- “Somos conscientes de la importancia que tiene el estado de salud de la población para construir una economía productiva, social y de empleo y prosperidad”
27 de junio de 2014. “España
ocupa una posición destacada en esperanza de vida al nacer,
pero ahora el reto es alcanzar años con buena salud”.
Así lo ha asegurado la ministra de Sanidad, Servicios
Sociales e Igualdad, Ana Mato, en la presentación del
número especial de la revista “Scientific
American”, en la Fundación ProCNIC, en la que ha
acompañado al cardiólogo y director general del
Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC)
Valentín Fuster y a la que también ha asistido la
secretaria de Estado de Investigación, Carmen Vela. En este
monográfico de la publicación científica se
recogen las 12 recomendaciones del doctor Fuster para promover la
salud cardiovascular en todo el mundo.
Para conseguir el objetivo de ganar años de salud, la
ministra ha explicado que España ha puesto en marcha la
Estrategia de Prevención y Promoción de la
Salud y la Estrategia de Abordaje de la Cronicidad,
prioridades incluidas en el Programa nacional de Reformas
2014. Porque “somos conscientes de la
importancia que tiene el estado de salud en la población
para construir una economía productiva, social y de empleo y
prosperidad”.
A pesar de los avances experimentados por la medicina en los
últimos años, las enfermedades cardiovasculares
siguen siendo la principal causa de muerte en todo el mundo, y
España no es una excepción. El 68% de la
población española por encima de los 55 años
tendrá un infarto de miocardio o infarto cerebral
en el curso de 30 años (el 75%, hombres).
La obesidad y la alta presión arterial, el
colesterol elevado, el tabaco, el sedentarismo, la edad y, por
último, la genética, son aspectos
determinantes en el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares
que son tratables y reversibles, frente a otras
patologías.
Las cifras evidencian que si se tienen más de dos
factores de riesgo, la posibilidad de un infarto de miocardio o
cerebral en los próximos 10 años es de un 25%, por lo
que mejorar nuestra conducta genera importantes beneficios para
nuestra salud.
“La buena noticia”, ha dicho la ministra,
“es que las enfermedades cardiovasculares son, en
gran medida, prevenibles”. Hacer ejercicio
físico, evitar el tabaco y una mejor nutrición son
algunas de las recomendaciones que deben estar muy presentes en las
distintas etapas de nuestra vida.
En este sentido, Mato ha recordado que Valentín
Fuster es, además de director del CNIC, presidente del
Observatorio de Nutrición y de Estudio de la
Obesidad, dependiente del Ministerio de Sanidad, Servicios
Sociales e Igualdad, desde donde se están impulsando
acciones para evitar la obesidad infantil y favorecer los
hábitos de vida saludables. Porque, aunque adoptar un modelo
de vida saludable es decisión individual, debemos
“crear un entorno social y medioambiental donde estas
opciones sean fáciles de elegir”.
La ministra también se ha referido a la importancia de
fomentar la detección precoz y de reducir los efectos
negativos una vez que se ha manifestado la enfermedad. De
ahí la necesidad de la Estrategia de
Cardiopatía Isquémica y la Estrategia de Ictus del
Sistema Nacional de Salud, que son “permanentemente
sometidas a evaluación en base a la evidencia
científica”.
En el número especial de la revista “Scientific
American” presentado hoy, los expertos liderados por el
cardiólogo español han desarrollado 12 recetas que
son eficaces para la promoción de la salud cardiovascular,
que se aplican ya en distintos países con éxito.
Entre ellas, mejorar la coordinación nacional para tratar
las enfermedades crónicas, establecerlas como prioridad en
las políticas públicas y llevar a cabo programas para
mejorar la dieta.