Vacunas y Programa de Vacunación
Herpes zóster
Es una infección causada por el virus varicela-zóster (VVZ), de la familia Herpesviridae y mismo agente que produce la varicela. El herpes zóster se produce por la reactivación del virus que permanece acantonado en los ganglios sensitivos de las raíces dorsales tras la primoinfección. La reactivación se produce generalmente décadas después de padecer la varicela.
El síntoma principal es el exantema vesicular unilateral localizado (generalmente restringido a un dermatoma), que evoluciona a costras y se acompaña habitualmente de dolor en la misma zona. El cuadro dura entre 2 y 4 semanas y las vesículas pueden ir precedidas de dolor y alteraciones sensoriales en la región del dermatoma afectado.
Suele afectar con mayor frecuencia a región torácica, cervical y oftálmica.
El desarrollo de herpes zóster se relaciona con el empeoramiento de la inmunidad celular, que ocurre con la edad, situaciones de estrés y con determinadas enfermedades.
El herpes zóster suele ser benigno aunque puede producir complicaciones graves.
Cerca de 10-15% de los infectados sufren dolor durante al menos 90 días (neuralagia posherpética, NPH). Además, con menor frecuencia, puede producir daño neurológico permanente, como parálisis de los nervios craneales y hemiparesias o deterioro visual secundario al herpes zóster oftálmico.
El ser humano es el único reservorio.
El herpes zóster no se transmite. Sólo se puede transmitir el virus a aquellas personas que no hayan tenido infección por varicela anteriormente. La transmisión se produce por contacto con las vesículas y ocasionaría un cuadro de primoinfección o varicela.
La transmisión del virus a personas que no hayan pasado la varicela se produce mientras haya lesiones activas (vesículo-pustulosas), generalmente entre 7 y 10 días.
Generalmente de 14-16 días (periodo límite de 10 a 21 días).
La forma más efectiva de prevenir el herpes zóster es mediante la vacunación. Más información.
En España, más del 90% de las personas adultas han presentado infección por VVZ y, por lo tanto, pueden desarrollar herpes zóster. El riesgo de desarrollar herpes zóster aumenta con la edad y alcanza el 30-50% en las personas ≥85 años de edad. También hay mayor riesgo de padecer la enfermedad en personas inmunodeprimidas.
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