Frío Extremo
Existe numerosa evidencia científica que demuestra la influencia de los extremos térmicos sobre la salud. La influencia del calor y el del frío extremo en la salud tiene un impacto directo en la morbi-mortalidad.
Los efectos de las bajas temperaturas no ocurren de una forma tan aguda y repentina como en el caso de las altas temperaturas. Por ello no se ha experimentado para las olas de frío un evento que presione al sistema sanitario de una forma equiparable a la ola de calor del año 2003. Y, en consecuencia, no se han desarrollado los planes de prevención frente a las bajas temperaturas de una forma tan enérgica como ha ocurrido para las altas temperaturas. Aun así, este es un factor de riesgo ambiental que no puede ser despreciado y cuyos impactos en salud pueden ser incluso superiores a los del calor extremo.
Las bajas temperaturas se asocian con la intensificación de enfermedades en la población vulnerable a medio y largo plazo, junto con la acción oportunista de agentes infecciosos. Sus efectos en salud son más difusos que los ocasionados por altas temperaturas dificultando la identificación de las bajas temperaturas como un riesgo presente tanto por pacientes, como profesionales y el público en general.
Los planes de prevención han demostrado su eficacia en la reducción de la mortalidad atribuible por exceso de temperatura, por lo que se deduce que también tendrán un efecto en la morbi-mortalidad asociada al defecto de las temperaturas. Queda manifiesta la necesidad de establecer y desarrollar planes preventivos en salud pública específicos para mitigar los efectos de las bajas temperaturas sobre la salud de la población. Esta necesidad se manifiesta en el Plan Estratégico de Salud y Medioambiente (PESMA), elaborado por el Ministerio de Sanidad y el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico, el cual establece entre sus acciones el desarrollo e implementación de un Plan Nacional de actuaciones preventivas por bajas temperaturas con el objetivo de reducir el impacto sobre la salud de la población asociado a las bajas temperaturas.
En el Plan Nacional de actuaciones preventivas por bajas temperaturas se establecen las recomendaciones para reducir los efectos en la salud asociados a las bajas temperaturas, así como las medidas para coordinar las instituciones de la Administración del Estado implicadas y propone acciones que se pueden realizar por parte de las Comunidades Autónomas y/o la Administración Local. Asimismo, se establecen unas determinadas acciones para la prevención y el control, estructuradas en varios niveles de actuación según el nivel de riesgo alcanzado como consecuencia de descenso de las temperaturas. Además, plantea la recogida de información predictiva sobre temperatura ambiental e información diaria sobre los cambios cuantitativos de la mortalidad y establece los criterios del sistema de información que permite la vigilancia activa de los riesgos asociados a la exposición a bajas temperaturas.
- Impacto en la salud de las bajas temperaturas
- Temperaturas umbrales de referencia de impacto en la salud por bajas temperaturas
- Niveles de riesgo para la salud por bajas temperaturas
- Acciones preventivas por bajas temperaturas
- Sistema de monitorización de la mortalidad diaria por defecto de temperatura (MoMo)
- Recomendaciones generales para prevenir los efectos de las bajas temperaturas sobre la salud
- Publicaciones
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