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El secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad destaca que la reforma de la Ley de Dependencia pretende salvar el sistema del colapso en el que se encontraba
- Apertura de la jornada “Evolución de la Ley de Dependencia y su incidencia en la enfermedad de Alzheimer”
- “Podíamos haber elegido mirar para otro lado y dejar el sistema como estaba, o mejorarlo con reformas. Optamos por lo segundo porque este Gobierno cree en la Dependencia”, ha afirmado Juan Manuel Moreno durante su intervención
- El secretario de Estado ha elogiado el trabajo del IMSERSO en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer gracias, entre otras medidas, a un Manual de Prácticas Profesionales para unificar los criterios de acceso al Sistema de Dependencia y a la aportación de los Centros de Referencia Estatal del Instituto
- Juan Manuel Moreno ha subrayado que el Sistema de Autonomía Personal y de Atención a la Dependencia ni mucho menos está acabado, pues desde enero hasta septiembre se han registrado 43.000 beneficiarios más
20 de septiembre de 2012. El
secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Juan Manuel
Moreno, ha subrayado hoy en la apertura de una jornada sobre la
evolución de la Ley de Dependencia y su incidencia en la
enfermedad de Alzheimer que el Gobierno se encontró a su
llegada un sistema “colapsado en lo económico y en lo
asistencial” en el que urgían los cambios, tal y como
demandaron casi al unísono las CCAA. El Ministerio de
Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad optó por emprender
reformas que salvaran el Sistema de la “insostenibilidad
financiera”.
Juan Manuel Moreno ha inaugurado hoy en Madrid
una jornada titulada “La evolución de la Ley de
Dependencia y su incidencia en la enfermedad de Alzheimer”,
organizada por Unidad Editorial, editora del diario “El
Mundo”, “Expansión” o “Correo
Farmacéutico”.
Mañana se conmemora el Día
Mundial de la Enfermedad de Alzheimer, por lo que el Secretario de
Estado ha aprovechado la ocasión para transmitir todo su
cariño a quienes padecen este mal y a sus familiares. Acto
seguido, ha desgranado algunas de las actuaciones del IMSERSO en
este campo, como la redacción de una Guía de
orientación profesional para valorar, desde criterios
comunes en todo el país, el grado de dependencia de quienes
sufren Alzheimer. También ha enumerado algunas de las
líneas maestras que habrán de incluir los futuros
planes de tratamiento de las administraciones.
La estimulación cognitiva de
los enfermos, la conservación de su autonomía
física, el mantenimiento de las aptitudes sociales o el
alojamiento en residencias específicas (viviendas tuteladas)
son los ejes de los futuros programas de actuación de las
administraciones autonómicas.
Asimismo, Juan Manuel Moreno ha agradecido el
trabajo que se desarrolla en los Centros de Referencia Estatal que
el IMSERSO tiene en diferentes ciudades del país, pues
además de la asistencia directa a estos enfermos, se dedican
a abrir líneas de investigación sobre enfermedades
como el Alzheimer.
SALVAR EL SISTEMA DE DEPENDENCIA
El secretario de Estado de Servicios Sociales
e Igualdad ha negado que e Gobierno pretenda con sus actuaciones
derogar la Ley de Dependencia. Al contrario, lo que busca es
preservarla en un contexto de “escasez de recursos como el
actual”. “Hay pocos recursos, y por tanto hay
que priorizar. Y nuestra prioridad es que los servicios sociales y
la Dependencia se centren en aquellos que más lo
necesitan”, ha recalcado.
A partir de una evaluación del
funcionamiento del Sistema durante sus primeros cinco años
de vida (evaluación que tuvo que efectuarse hace dos
años, pero que no se hizo), el Gobierno advirtió una
serie de problemas que cuestionaban la viabilidad del modelo:
-
Un gasto 2.700 millones de euros superior al previsto.
-
400.000 dependientes más de los previstos.
-
Una deuda con la Seguridad Social derivada del impago de las cuotas
de los cuidadores no profesionales de más de 1.000 millones
de euros.
-
Una lista de espera de 300.000 personas dependientes. Personas que
estaban a la espera de su prestación.
-
Creación de puestos de trabajo inferior a la calculada,
exactamente 152.000 empleos menos.
Con un
panorama así, el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e
Igualdad que dirige Ana Mato y las CCAA se pusieron manos a la obra
para iniciar la reforma del Sistema desde estos pilares:
sostenibilidad financiera, protección a los dependientes que
más lo necesitan, simplificación de procedimientos,
adecuación de las prestaciones a las necesidades reales y
potenciación de los servicios profesionales.
Para Juan Manuel Moreno, una de las columnas
esenciales de la reforma consiste en la atención prioritaria
a los grandes dependientes o personas en situación
más vulnerable. A pesar de que una medida así
conlleve el aplazamiento de entrada al Sistema de los moderados
más leves, el secretario de Estado ha defendido la
necesidad de que sean las personas en peor estado las que
más rápida y ágilmente acceda a las
prestaciones y a los servicios.
También ha aludido a la
reducción del 15% de la ayuda al cuidador no profesional, o
cuidador familiar, para explicar que esta figura, recogida como una
excepción en la Ley, se ha generalizado tanto en las CCAA
que se han desencadenado algunas anomalías, como la falta de
ocupación de los centros o las dificultades de seguimiento
de la evolución de la persona dependiente. El criterio para
financiar los recursos de la Ley de Dependencia en cada territorio
se basará a partir de ahora en el número de
prestaciones vinculadas al servicio y en la cantidad de
beneficiarios.
El secretario de Estado ha pedido
“calma” y no sacar conclusiones precipitadas sobre el
funcionamiento inicial de la reforma del Sistema de Atención
a la Dependencia. Los nuevos elementos incluidos por el Ministerio
de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, y por las CCAA,
requieren de más tiempo para arrojar análisis y
opiniones.
Con todo, Juan Manuel Moreno ha ofrecido los
siguientes datos para demostrar que la Ley de Dependencia no
está acabada, sino que sigue en marcha: a de 1 de
septiembre, y con respecto a los datos del 1 de enero, hay 21.000
solicitudes más, 27.000 resoluciones de valoración
más y 43.000 beneficiarios más.