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• La ministra de Sanidad ha intervenido en el acto organizado por la Organización Médica Colegial en homenaje a los médicos y profesionales sanitarios españoles por su entrega durante la pandemia de Covid-19.
• En el acto, ha defendido la prioridad de proteger su derecho a la salud y a unos servicios sanitarios accesibles y equitativos.

Madrid, 17 de mayo de 2024.-  La ministra de Sanidad, Mónica García, ha rendido homenaje este viernes a los sanitarios que intervinieron durante la pandemia por Covid-19 y ha reafirmado su compromiso con los profesionales y la sanidad pública en el acto organizado por la Organización Médica Colegial en recuerdo a los profesionales de la medicina y sanitarios españoles por su entrega durante esos momentos.

“El Gobierno de España está firmemente comprometido con el cuidado de sus profesionales sanitarios y el blindaje de la sanidad pública; porque una cosa y la otra son la misma cosa: la garantía de un Sistema Nacional de Salud del que nos sentimos profundamente orgullosos”, ha remarcado.

Para cuidar a los profesionales sanitarios es necesario, ha dicho, “tratarlos bien”, dotándoles de las condiciones y de los entornos necesarios para que puedan hacer bien su trabajo y dar rienda suelta a su vocación de servicio público.

También se trata, ha declarado García, de defender la sanidad pública: “Y defender la sanidad pública significa no maltratarla, no mancillarla ni utilizarla para intereses espurios”, ha indicado.

Además, es necesario también cuidar a pacientes y a ciudadanía en su conjunto: “Y eso significa proteger su derecho a la salud y a unos servicios sanitarios accesibles y equitativos”.

La ministra de Sanidad ha destacado que, durante la pandemia, los profesionales sanitarios se dejaron la piel por los demás, haciendo gala de los mejores valores que nos representan: “El camino de la empatía, de la solidaridad, del cuidado del otro, del valor crucial de lo público y de vivir en sociedad”, ha indicado.

Por eso, ha agradecido su trabajo y ha recordado especialmente a los que acompañaron a muchos pacientes hasta el final de la vida cuando no quedaba alternativa; a los que habían colgado la bata y se la volvieron a poner para echar una mano; y a quienes se la habían puesto por primera vez y arrimaron el hombro como los que más.